Entre los días 13 al 15 de Noviembre se realizó en Punta de Tralca el I Congreso Misionero Nacional con el lema “Seamos una Iglesia en salida que escuche, sirva y anuncie”.
Desde nuestra Diócesis de Ancud participaron el P. Arturo Mansilla, la Hna. Magda Crestian, la Sra. María Pérez y la Sra. Camila Berticelli, también acompaño la delegación el P. Obispo Juan María Agurto en el primer día de la jornada. Todos muy esperanzados de poder cooperar en la tarea misionera de la Iglesia Diocesana.
Algunos de los temas trabajados en el encuentro fueron: una Iglesia en salida que quiere escuchar, servir y anunciar; el hombre como un ser que escucha en un mundo en red; una Iglesia en salida que anuncia: Paradigma de una Iglesia Misionera, también hubieron muchos testimonios de diferentes comunidades misioneras y momentos para compartir con los demás participantes.
El Congreso finalizó con la Eucaristía del envío presidida por el Nuncio Apostólico, Monseñor Ivo Scapolo, quien bendijo la cruz misionera que se entregó a cada participante como un signo de que todos estamos llamados a ser misioneros.
Luego de finalizada la celebración, Mons. Jorge Vega, obispo presidente del Área Misiones de la Conferencia Episcopal, leyó el Mensaje Final, en la cual los asistentes concluyen que “Somos conscientes que este acontecimiento es el inicio de un proceso que viven nuestras comunidades que anhelan ser verdaderamente una Iglesia en estado permanente de misión. Como nos han invitado nuestros obispos, queremos ‘ser una Iglesia en salida, que escucha, sirve y anuncia’, lema de nuestro congreso”. Agrega el mensaje que al volver a sus comunidades, los participantes a este Congreso se llevan en el corazón el ferviente llamado del papa Francisco: “Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo.” (EG 49).
Así con la intención de ser una Iglesia en permanente salida y misión, los cerca de 200 asistentes al Primer Congreso Misionero Nacional, volvieron a sus comunidades llevando la cruz misionera signo de que están enviados a anunciar la Buena Nueva, allí donde no llega.