PROPUESTAS PARA ENFRENTAR LA CRISIS ACTUAL EN LA X REGIÓN Y EN PARTICULAR EN CHILOÉ

Nuestro Padre Obispo Juan María ha presentado propuestas concretas para enfrentar la crisis actual en que vivimos con la situación de los pescadores.

Presentamos el documento en la íntegra:

Hoy domingo 8 de mayo del 2016 , después del séptimo día de paralización y conflicto social en  todo Chiloé y también en el sector de Puerto Montt, y considerando  el desarrollo de los hechos ocurridos en estos días,  y por lo extenso que se prevé la crisis, teniendo como objetivo el bien común y las familias que sufren, propongo:

  1. Que el Gobierno con la autoridad y responsabilidad  que le corresponde y por la gravedad de la catástrofe ambiental y social creciente, nombre una delegada presidencial para enfrentar   la catástrofe en la X Región, y coordinar propuestas de solución a la misma..

Que sea una mujer, como fue en Chaitén, por la necesidad de  recomposición de los ánimos y confianzas que se debe lograr, y que en gremios de casi exclusivamente  varones será un plus que ayudará muchísimo.  Una mujer  produce mayor cercanía, empatía y respeto frente a las distintas posiciones y requerimientos que hay.   La figura de la mamá o de la hermanas en una familia dividida tiene un efecto sanador mucho mayor.

El nombramiento  rápido de una delegada ayudará mucho a calmar los ánimos y preparar el camino para las negociaciones.  Una delegada con desempeño exclusivo y residencia permanente en la Región, y no que tenga que devolverse a Santiago por otras actividades como sucedió con el ministro la semana reciente.

  1. Que el gobierno considere y negocie una cifra mensual que, en ningún caso, debiera ser inferior al salario mínimo, por el período de tiempo que se estime necesario. Un ofrecimiento de esta naturaleza lo he percibido como negociable en línea de máxima. A esto   se puede añadir otros beneficios.

 

  1. Que el Gobierno no exija que estos recursos salgan del ya escuálido presupuesto regional. Deben ser recursos que vengan del nivel central. Existen constitucionalmente recursos para este tipo de situaciones cuando en una región se declara estado de emergencia. La  catástrofe que estamos sufriendo en la Décima Región y, especialmente en Chiloé,  se parece mucho a un “terremoto silencioso”, que va ir revelando  poco a poco su intensidad de daño.   Tiene consecuencias laborales, económicas y sociales, análogas a la crisis del carbón, o del salitre.

 

  1. Una vez alcanzado el acuerdo que ponga fin al actual aislamiento y a las movilizaciones, la región no puede quedar olvidada. Hay que recoger todas las propuestas que los distintos actores sociales han presentado en estos días.  Luego se debe crear mesas de trabajo con los actores que sufren la catástrofe para recibir, precisar, analizar y priorizar todas las demandas que han surgido y siguen sumándose.

Hay peticiones y temas a corto  o inmediato plazo, así como, a mediano y largo plazo. Todas deben ser oídas, y en lo posible, atendidas, aún cuando la solución no se comprometa para ser atendida inmediatamente. Todo se puede calendarizar responsablemente.

 

  1.  El Gobierno  debe considerar que el fenómeno de la marea roja está siendo recurrente en ciclos cada vez más breves. Comenzó en el Chile patagónico y ha ido avanzando hacia el norte de Chiloé. A eso de suma la depredación de los recursos marinos, la contaminación del mar, los fenómenos climáticos, etc. Esto exige que a la brevedad se creen instancias de estudio e investigación para evitar lo evitable y para prevenir mayores daños de lo que no pueda evitarse por escapar a la capacidad humana. Esto exige la intervención de entidades científicas, técnicas, políticas y económicas que en el corto y largo plazo ofrezcan respuestas concretas a un problema no fácil de solucionar. En esto hay que considerar, también la ayuda que puedan prestar entidades internacionales como la FAO o como la comunidad científica de países que hacen de la producción acuícola y, principalmente, de la crianza de salmones un importante fuente de ingresos.

 

La Iglesia Católica Diocesana, en nombre del evangelio de Jesús, reitera su disposición para colaborar en la búsqueda de caminos de encuentro y superación de esta crisis como también para el trabajo a futuro que sea necesario.

 

Para la consideración de quien corresponda.

 

+Juan María Agurto Muñoz osm.-

Obispo de Ancud.

 

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