A lo largo y ancho de nuestro país existe una gran devoción por la Virgen del Carmen, ella es María, la Madre de Jesús y por ello Madre Nuestra.
Bueno es reflexionar un momento sobre este tema. Las distintas advocaciones que Ella recibe son producto del lugar y del mensaje que Ella nos trae. Así en distintos momentos de la historia Ella se ha mostrado vestida de diferentes maneras, es por esta razón que se le conoce con distintos nombres o advocaciones como por ejemplo Nuestra Señora del Carmen, que toma su nombre en alusión al Monte Carmelo.
Sobre sus orígenes, en el Primer Libro de los Reyes, se habla del profeta Elías, de la gran sequía que sufría el país y de los sacrificios ofrecidos en el Monte Carmelo. Fue entonces que Elías prometió a Dios que el rey Ajaab y el pueblo abandonarían al dios Baal para que Él terminara con la sequía que asolaba a la región. Después de varias veces que Elías subió al monte, apareció una gran señal. “Cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande que la palma de la mano” (1 Rey 18,44). Es así como nace la historia de la Virgen María, en el Antiguo Testamento, con el profeta Elías. A partir de entonces el Monte Carmelo–ubicado al oeste del lago Galileo y cuyo nombre significa jardín- se convirtió en un lugar sagrado, hasta donde llegaron a vivir ermitaños que se dedicaban a rezar y que con el paso de los siglos fueron llamados carmelitas.
En la Parroquia San Juan Pablo II, se efectuaron dos importantes actividades, llenas del Espíritu Santo que guió a toda la comunidad. En primer lugar la víspera del 16 de Julio, en la Capilla Virgen de Gracia, se efectúo un esquinazo en honor a la Virgen que es madre de Dios, donde participaron numerosos conjuntos folclóricos, quienes con su música y sus bailes fueron ofrecidos a nuestro Padre Creador. Al día siguiente se efectúo una celebración eucarística, al término el Padre Edito, Párroco, invitó a todos los presentes a efectuar una peregrinación por las calles colindantes dando un tremendo testimonio de fe y Amor a nuestro Dios Misericordioso.
Juan Bovet, comunicador parroquial S. Juan Pablo II