En Chile, agosto es dedicado al “Mes de la solidaridad”. Este año el lema en la Diócesis de Ancud es: “CUIDEMOS NUESTRA CASA COMÚN: ¿QUÉ TIPO DE MUNDO QUEREMOS DEJAR A QUIENES NOS SUCEDAN, A LOS NIÑOS QUE ESTAN CRECIENDO?”.
San Alberto Hurtado nos recordaba siempre que la caridad es la puerta de la justicia y por ello mientras más cuidemos nuestras relaciones humanas en especial las sociales y políticas, más caridad y por ello más misericordia podremos vivir e invitar a vivir.
En este ámbito el Obispo, hoy 18 de Agosto, se ha reunido con el Comité de Cesantes de Ancud, organización que reúne a más de 370 familias y que llevan 73 días tomada la Glorieta de la Plaza de Armas de la comuna, manifestando pacíficamente sus dramas familiares por la cesantía y esperando de las autoridades civiles correspondientes den una solución a su problemática que nace por los efectos de la crisis ambiental y social de la “marea café” que afectó a los salmones y posteriormente por la “marea roja” en Chiloé.
Durante el encuentro los representes manifestaron sus inquietudes y esperanzas. Se mostraron afligidos a no tener soluciones concretas a sus demandas, que pasan básicamente por obtener puestos de trabajo para su gente cesante, que sufre por graves problemas económicos familiares al no contar con recursos para cancelar gastos básicos como luz, agua, arriendo, alimentación o salud. Tienen esperanza que las promesas de solución que han recibido de las autoridades locales se concreticen.
Por su parte el Obispo felicitó la fortaleza que han manifestado durante estos 73 días, y comprometió su apoyo con la organización como desde el principio de esta Crisis, e insto a los dirigentes a trabajar en red junto a otras fuerzas vivas de la comuna para hacer participes de su drama y demandas y acelerar los procesos para que definitivamente sean escuchadas y abandonar la glorieta donde sufren también las inclemencias del mal tiempo que está azotando hace días la región. También gestionar recursos para ir en ayuda de al menos algunas de las familias más necesitadas por la consecuencia de la cesantía. El obispo les manifestó “que es una vergüenza pública que pasados 73 días aún no haya una solución para estos hermanos y sus familias”.
“La mejor manera de acabar con las huelgas es acabar con la miseria y con los prejuicios que mantienen el clima de agitación social” Padre Alberto Hurtado.