En una adoración Eucarística prolongada, inspirada en la oración Taizé, la Parroquia San Judas Tadeo celebró el día de Corpus Christi.
El domingo 23 de Junio, en la Parroquia de Curaco de Vélez se celebró de una manera un poco diferente la solemnidad del Cuerpo y Sangre del Señor, se trató de mezclar elementos de la oración Taizé, que nada más es “un espacio donde personas de diferentes religiones comparten a través de cantos meditativos y algunos textos bíblicos un momento de Oración en común unión con personas de diferentes lugares del mundo”, el nombre viene del lugar dónde empezó la comunidad: Taizé en Francia. Así se dio un momento de profunda intimidad con Jesús en la adoración al Santísimo Sacramento, la cual fue guiada por el Párroco, P. Arturo Mansilla y también por el P. Milton Díaz, con música, escucha de la Palabra de Dios, momentos de silencio e intimidad del corazón humano al corazón de Dios, todo eso unido a la celebración Eucarística tradicional.
Alicia Lagos, quien participó esta noche expresó, “es la primera vez que vengo a una adoración así, desde que vivo en Chiloé, que hace más o menos 20 años, y le agradezco al Padre Milton su invitación, porque fue algo maravilloso encontrarse con el Señor, realmente hermoso para mí estuvo todo perfecto, y doy gracias a Dios por este momento vivido”. Alicia llegó desde Ancud, así como ella, otras personas vinieron de Castro, Quellón y otras comunidades a adorar a Jesús, en este día especial.
En su homilía el Padre Arturo al comentar el evangelio del día, que recuerda la multiplicación de los panes y peces, manifestó “Jesús les dice: ustedes denles de comer, es decir hoy este llamado es para nosotros, dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, visitar el enfermo, de visitar y acompañar este abuelo que talvez no tiene un palo de leña, nosotros somos los protagonistas, porque eso es la Eucaristía; no solamente comulgar, la Eucaristía no nos puede dejar indiferente frente a las necesidades de los demás.” Además agregó “no vengamos solamente a comulgar, sino ponernos en marcha, levantarnos de nuestros sillones a ir hacia el hermano que tiene hambre, y no solo hambre del cuerpo, sino los hambres y vacíos espirituales, pero para eso tenemos que alimentarnos primero para ponernos en camino”.
A pesar de la lluvia y el frío, el calor que viene del Espíritu Santo inundó los corazones de los participantes y las horas pasaron volando, porque el tiempo junto al ser Amado siempre se hace poco cuando hay amor.