A pesar del mal clima y la amenaza de temporal más de mil doscientas personas llegaron hasta el Santuario de Caguach en la Diócesis de Ancud para celebrar a Jesús Nazareno, esta devoción tan especial en nuestro Archipiélago.
En este 30 de Agosto, fecha tradicional que se celebra todos los años a Jesús Nazareno de Caguach en la pequeña isla de mismo nombre, Caguach, se vivió intensamente días de mucha oración, fortalecimiento de la fe, esperanza en la enfermedad y claramente muchos corazones agradecidos por las gracias recibidas. Las celebraciones empezaron el 21 de Agosto con el inicio de la novena, luego el 23 es “La Preva” (competencia de las lanchas) desde Apiao a Caguach, y así sigue cada día de la novena incorporándose las otras comunidades de los cinco pueblos, hasta el día 30 que es el día oficial del Nazareno, el cual este año se vistió de blanco cambiando el traje morado para la fiesta, el blanco que representa la paz, recordando también la visita del Santo Padre a Chile y cuyo lema es “Mi paz les doy”. El día 31 es la conclusión con la Eucaristía de Cabildo, procesión general y regreso de las comunidades a sus respectivas islas.
Monseñor Juan María Agurto, quien presidió la Eucaristía del día 30, acompañado por el rector del Santuario Padre Arturo Mansilla y de varios otros sacerdotes, expresó en su prédica, refiriéndose a la lectura del Evangelio del día, “ese hombre que vende todo y compra un campo porque descubrió un tesoro (…) para nosotros hoy ese tesoro y esa perla es Jesús y por eso estamos aquí, porque descubrimos que Jesús es un tesoro, un tesoro que no se agota. Jesús tiene palabras de vida para nosotros, tiene palabras de paz, Él nos da esperanza, Él ha querido que este lugar sea un lugar bendecido, un lugar donde Él se manifiesta, donde Él nos muestra su misericordia, y el Señor no se reduce a estar aquí, está en todos lados, en todo el mundo, pero hay lugares como ese dónde Él más se nos hace sentir y por eso estamos aquí.” El Obispo diocesano, en el contexto de la Visita del Santo Padre a Chile manifestó “miren que hermoso que desde aquí, cómo diócesis estemos también nos preparando para la visita del Papa Francisco, y por qué es importante su visita, porque nos va hablar de Jesús, el Papa nos va a repetir las palabras de Jesús mi paz les doy, esa paz que necesitamos”.
La fiesta de Caguach en invierno se caracteriza especialmente por la participación de los mismos habitantes del archipiélago, diferente del verano donde llegan además miles de turistas. Una devota, Iris Pallan de Quemchi, cuenta su experiencia “voy a Caguach desde que tengo unos 6 años, mis papás me llevaban de cuiquitita y las horas de viaje eran muchas más, ver al Nazareno me provoca una emoción muy grande, es algo inexplicable, emocionante, a mí me pone la piel de gallina, me emociona realmente verlo y estar ahí, es algo que me llena, me pone muy feliz (…) me gusta esa fecha, se puede escuchar tranquilamente la misa, no hay comercio, hay mucha tranquilidad que no se encuentra en otras partes, me siento contenta, feliz, en paz en haber ido y siempre que pueda seguiré participando”.
