Mensaje de Navidad del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile
1. Con esperanza hemos dispuesto nuestro espíritu, durante el tiempo de Adviento, para prepararnos a vivir intensamente el acontecimiento de la Navidad. El Niño Jesús en brazos de su madre en un humilde pesebre de Belén es el gozoso motivo de nuestra alegría. Quien con amor nos creó nos regala a su Hijo para compartir nuestra humanidad y para ofrecernos su paz. ¡Cristo es Dios-con-nosotros!
2. “Les anuncio una buena noticia que será una gran alegría para todo el pueblo”(Lc 2,10). El mensaje del ángel a los pastores de Belén prolongará el tiempo de Navidad para Chile. Porque dentro de pocos días el Vicario y mensajero de Cristo, el Papa Francisco, nos visitará para traernos buenas noticias, animarnos en nuestra fe en Cristo, que es fuente de amor y de paz.
3. La verdadera paz, nos ha dicho el Santo Padre, “no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura fachada, que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso cotidiano, y la paz es también artesanal, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo” (Mensaje de Navidad 2013). Desde el misterio de Belén, en que la grandeza y la sencillez se encuentran, seamos humildes artesanos de paz y portadores de esperanza para el nuevo tiempo que está llamada a vivir la sociedad chilena. Trabajemos especialmente para que los que sufren, los pobres, los migrantes, los ancianos y los excluidos nos sientan bienaventurados constructores de justicia y de paz.
4. El nacimiento de Jesús trasciende el devenir de la historia. Unidos a la preocupación del Santo Padre por los pequeños y descartados, sabemos que hay mucho por hacer para que Chile sea un hogar para todos. Pensamos de un modo particular en los niños y niñas, que han sido tradicionalmente los predilectos en Navidad.
5. Vivamos este tiempo de acogida al Niño de Belén como preparación a la visita del Papa Francisco, disponiendo nuestro espíritu como una sola familia que espera a su Pastor. Oremos por el Papa, por sus intenciones para este viaje apostólico a Chile y Perú, para que cada momento de su visita, que preparamos con cariño y con fe, sea una instancia de auténtico encuentro con el Señor.
6. Hemos orado juntos “¡Ven, Señor Jesús!”. Que la alegría de Navidad se extienda como un abrazo que une a todos los chilenos para recibir con cariño al Papa Francisco, portador de la paz de Cristo. Contemplemos con amor y humildad a la Sagrada Familia de Nazaret. Con su ayuda, seamos constructores de paz para hacer de Chile un hogar para todos.