Cómo cada septiembre nos reunimos para dar gracias y rogar a Dios por la Patria donde vivimos, en la Catedral de Ancud se realizó esta celebración entre cantos y bailes.
Con la Iglesia repleta de fieles, autoridades comunales juntamente con el Obispo Diocesano, el pasado domingo 17 de Septiembre se realizó en la Catedral de Ancud la solemne eucaristía de fiestas patrias. La Misa que fue presidida por Mons. Juan María Agurto, y concelebrada por el Padre Amado Garay y el Padre Hernán Leimraich, la cual se destaca por ser un “canto de alabanza a Dios, Te Deum”, estuvo animada por el conjunto folclórico Tierra y Esperanza de Ancud y donde estuvieron presentes el alcalde Carlos Gomez, algunos concejales, Carabineros de Chile, representantes del Cuerpo de Bomberos y otras instituciones civiles.
El Obispo Juan María empezó su reflexión inspirado en el Evangelio del día Mt 18, 21-35, dónde Jesús nos invita a perdonar “hasta setenta veces siete” o sea siempre, llamándonos la atención que “Jesús nos indica que debemos tener siempre la puerta abierta del perdón, porque es esencial para caminar juntos sin descartar a nadie por el camino de la historia, especialmente los más vulnerables de nuestra sociedad, como son los niños nacidos y por nascer, los pobres, los ancianos, los sin casa, o sin un digno servicio de salud; no podemos dejar de mencionar que la ley aprobada en Chile para la despenalización del aborto en tres causales es una ley que no perdona el inocente que está en gestación en el vientre de su mamá por tener una malformación o haber sido concebido en el drama de una violación (…) es desconcertante que con la ley se permita en nuestro país asesinar legalmente a un ser humano y no se le reconozca ni siquiera el derecho a defenderse, que tiene cualquier condenado”. Además criticó vehemente la ideología de género que amenaza nuestra sociedad “este tipo de leyes (refiriéndose a despenalización del aborto) marcan una cultura relativista, individualista y narcisista que está promovida por la llamada ideología de género, la cual busca impulsar en Chile como en el resto del mundo leyes que afectan principios básicos de la existencia humana negando la incidencia de la realidad biológica de la naturaleza que conforma la identidad sexual, los cristianos del país como muchos otros no creyentes seguiremos afirmando y defendiendo con mayor insistencia la vida del ser humano en gestación (…) al mismo tiempo reafirmar la diferencia y complementariedad sexual del hombre y de la mujer no solo en el plan físico como también psicológico y espiritual del hombre y de la mujer como un modo propio de ser, de manifestarse con los otros, de sentir, de expresar y de vivir el amor humano.”
Para Celicia Shaw, quien participó junto a su esposo en la celebración, “siempre es bueno agradecer a Dios por la patria y reconocer a aquellos que la forjaron como pueblo libre, gracias porque vivimos en paz todavía y pedirle al Señor que siempre se respeten los valores cristianos de la familia, la vida y de la fe, la misa fue muy emotiva y Monseñor recalcó los valores que los chilenos van olvidando en pro de un falso progreso”.
La ceremonia finalizó con el baile nacional dentro del templo y luego al frontis con un esquinazo.