“Oh alma sumergida en las tinieblas, no te desesperes, todavía no todo está perdido, habla con tu Dios que es el Amor y la Misericordia Misma. Alma, escucha la voz de tu padre Misericordioso.” Dijo Jesús a Santa Faustina.
La fiesta de la Divina Misericordia fue un deseo del propio Jesús que se apareció a Santa Faustina, una religiosa polaca, y le enseño el camino a seguir y cómo tenía que propagar la devoción a su corazón misericordioso, la fiesta se celebra en el segundo domingo de Pascua en toda la Iglesia.
También en el Templo San Francisco, Parroquia Apóstol Santiago se conmemoró esa hermosa celebración el día 23 de Abril en todas las misas de ese día. Realizando adoración al Santísimo Sacramento. El Párroco Fr. Julio Campos, además hizo un llamado a que todos los fieles reciban la eucaristía en la boca, recordando un hecho doloroso de un joven que en el día anterior había se acercado a comulgar y recibió la hostia consagrada y la puso en su bolsillo.
Nosotros debemos recordar y enseñar a todos que en la hostia consagrada está Jesucristo en su cuerpo y sangre, es nuestro Dios vivo y presente, tenemos que cuidarlo, adorarlo y respetarlo con todo nuestro ser.
Millysen Barría, comunicadora parroquial